«La meditación es una tarea para toda la vida. Dejas de sentarte a meditar cuando el último aliento se escapa por tu cuerpo en tu lecho de muerte.»

Chogyam Trungpa

Las palabras de Chogyam Trungpa son urgentes y nos transmiten una poderosa enseñanza: la meditación no es sólo una moda, sino un compromiso continuo que abarca toda la vida. Nos recuerda que la práctica no se limita a los momentos en que nos sentamos formalmente a meditar, sino que debe impregnar cada aspecto de nuestra existencia. En pocas palabras, es la congruencia del cuerpo, la palabra y la mente con nuestro camino espiritual.

En una ciudad como México, donde el estrés es parte de la vida cotidiana, la necesidad de embarcarse en un camino espiritual se vuelve aún más relevante. El ritmo acelerado, las demandas diarias y las presiones de nuestro entorno urbano pueden generar un constante estado de agitación, desconexión interna y, en ocasiones, violencia. Es aquí donde la meditación se convierte en una herramienta invaluable para cultivar la calma, la claridad mental y la conexión profunda con uno mismo y con los demás.

Trungpa nos invita a entender la meditación como un compromiso de por vida, no como algo separado de nuestra vida diaria. Si este maestro tibetano viviera en esta era moderna, seguramente nos diría que la espiritualidad no se limita a tomar clases, leer libros de dharma o llevar objetos simbólicos en nuestra vestimenta. Nos recordaría que la práctica de la meditación no tiene un final definido, sino que es un proceso constante que nos acompaña como una sombra a lo largo de nuestro día. Ser budista implica estar presente desde el momento en que despertamos hasta el momento en que nos vamos a dormir. Ser budista implica llevar esa conciencia en cada aspecto de nuestras vidas: en el trabajo, con los amigos, en la relación de pareja, con la familia, con desconocidos, etc. Ser budista en todo momento y en todos los lugares.

Como nuestra práctica nos acompaña todo el tiempo en nuestra vida, podemos entonces apreciar de forma genuina la impermanencia y cultivar una actitud de aceptación y sabiduría frente a la inevitabilidad de nuestra muerte.


Chogyam Trungpa Rinpoche (1939-1987) fue un destacado maestro budista tibetano, escritor y fundador de la tradición budista Shambhala. Nacido en el Tíbet, se le reconoció como la undécima reencarnación del Trungpa Tulku, una línea de maestros en la tradición Kagyu del budismo tibetano.

Trungpa Rinpoche se distinguió por su enfoque único de enseñanza, combinando la sabiduría y prácticas tradicionales del budismo tibetano con una adaptación creativa y relevante para el mundo contemporáneo. Jugó un papel fundamental en la introducción del budismo tibetano en Occidente y contribuyó a la popularización de la meditación y la espiritualidad budista en países de habla inglesa, como Estados Unidos. Además de su labor como maestro y líder espiritual, Trungpa fue un prolífico escritor. Sus numerosos libros abarcan temas como la meditación, la psicología budista, la espiritualidad y la vida cotidiana. Sus escritos se caracterizan por su claridad, profundidad y la capacidad para transmitir la esencia de las enseñanzas budistas de manera accesible.

Durante su vida, Trungpa Rinpoche fundó diversos centros y comunidades budistas en Occidente, entre ellos el famoso Naropa Institute en Boulder, Colorado, donde Lama Tony Karam estudió bajo su guía y enseñanzas, absorbiendo su sabiduría y visión.


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